Palabras de agradecimiento, Irun 01-12-2017

Textos

Durante este verano, nuestra cocina ha vibrado con la excepcional voz de Nina Simone. Esta gran mujer solía afirmar que la libertad es una tierra donde no habita el miedo y, al decir estas palabras, poseía la certeza de que ella no vivía en esa región, ya que tenía a su lado, en su misma casa, el origen de su terror: el hombre que seguramente le aseguraría amarla con devoción.

La violencia machista es una gran tragedia que vivimos día tras día. Las instituciones, las leyes… van avanzando poco a poco. Sin embargo, y a pesar de que posiblemente la clave del futuro se halle en la educación, todos tenemos qué decir y qué hacer ante este terrible problema que golpea constantemente nuestra sociedad. Tal como afirmaba hace unos meses Rosa Montero en su artículo “Malditos sean los tibios”, debemos salir de nosotros mismos, creando puentes, especialmente, hacia los que más sufren.

El punto de partida de esta historia fue una llamada de auxilio que tejió una gran red a su alrededor: Begoña guió nuestros pasos; Alize y Maite nos acercaron al médico, a la policía y al juzgado; y, Xabi y Asier, cuidaban a esa mujer aquellos atardeceres en el solitario y peligroso camino a casa cuando su marido escapó y se encontraba en busca y captura.

Nina Simone era una mujer herida, que produjo heridas a su alrededor. Todos deberíamos colaborar para que cada vez más mujeres habiten en la tierra que ella soñó.

Gracias, de corazón, a la Fundación Kutxa Kultur, a los excelentísimos miembros del jurado y a todos los que os habéis acercado esta tarde a compartir este momento con nosotros.

Irun, 01-12-2017